"...Lo
que buscamos en el viaje es una suerte de andrógino que nos permita
a cada uno de nosotros abrazar y apreciar todas las cualidades masculinas
y femeninas y experimentar todos los arquetipos en los niveles más
profundos...".
Carol Pearson
Todos los seres humanos, sin importar nuestra orientación sexual,
estamos formados por energía masculina y energía femenina.
La energía masculina
se vincula con la iniciativa, la búsqueda, la acción, la penetración,
la dureza, el hacer, el pensamiento lógico y racional, la fuerza física.
La energía femenina
está relacionada con la pasividad, la receptividad, la capacidad de
espera, la flexibilidad, la ternura, la delicadeza, la blandura, el
sentimiento, la contemplación, la sensibilidad, la capacidad de entrega.
Las mujeres, en
teoría, tienen predominio de la energía femenina sobre la masculina.
Los hombres, tienen
predominio de la energía masculina sobre la femenina.
Hasta aquí todo
bien.
El problema se
comienza a dar cuando estas energías se encuentran desequilibradas.
Y entonces una
mujer posee más energía masculina que femenina o cuando un hombre
posee más energía femenina que masculina.
Vemos entonces
mujeres muy activas, buscadoras, autosuficientes, duras.
Y también vemos
hombres con una energía femenina muy desarrollada que actúan con suavidad,
y están muy conectados con sus emociones, por ejemplo.
La cosa se agrava
cuando estos hombres y mujeres se encuentran, por decirlo de alguna
manera, porque realmente no se encuentran, se tropiezan, chocan entre
ellos y no logran entenderse.
Una pareja (de
hombre y mujer) que se puede considerar sana o ideal, tiene las siguientes
características: la mujer tiene más energía femenina que su pareja
y menos energía masculina que su pareja.
El hombre tiene
más energía masculina que su pareja y menos energía femenina que su
pareja.
No es una cuestión
de proporción o de números.
Realmente es más
una cuestión de balance, de equilibrio, de respeto a lo natural.
Norberto Levy
llamado “La Pareja Interior”, que explora la energía femenina y masculina
los seres humanos.
Así, se diagnostica
cómo se encuentra la energía en cada persona y, por lo tanto, qué
tipo de cambios puede hacer ésta para equilibrar sus energías y de
esta manera mejorar su vida, tanto internamente, como sus relaciones
con los demás.
Nota
relacionada: El
Niño Interior y los problemas de pareja